miércoles, 21 de noviembre de 2012

Beautiful Wonder Boys Retro: Jeffrey Hunter (Parte I)

La década de los 50’s en Hollywood propició la aparición de numerosas cintas para el público juvenil protagonizadas por actores y actrices de igual juventud: comedias románticas, musicales con los cantantes de moda y melodramas playeros. Todos ellos fueron la sensación para el público teen de los 50’s y 60’s. Entre los rostros masculinos más guapos y prometedores de esta etapa destaca sin duda el de Jeffrey Hunter, ese prometedor galán que pasaría a engrosar la lista de los actores malogrados de Hollywood, y cuya carrera tiene títulos tan reconocidos como el Rey de Reyes de Nicholas Ray y Centauros del Desierto de John Ford, además de haber formado parte del origen creador de la popular serie Star Trek (1966). El próximo 25 de Noviembre estaría cumpliendo 86 años de edad si no hubiera muerto prematuramente en 1969. El Edén Sideral dedica dos post a este atractivo actor que enamoró a las jovencitas y amas de casa en aquellos lejanos años 60’s. He aquí la primera parte. Pasen y lean.





Jeffrey Hunter nació el 25 de Noviembre de 1926 con el nombre verdadero de Henry Herman McKinnies Jr., en Luisiana, Nueva Orleans, aunque desde los cuatro años de edad se trasladó con sus padres a vivir a Milwaukee, Wisconsin. Siendo hijo único, desde su adolescencia se interesó por la actuación, y comenzó participar en producciones teatrales locales. Su buena apariencia y su dulce voz le valieron para ser contratado como incipiente actor radiofónico por la cadena WTMJ de la ciudad. Su primer cheque lo obtuvo por su colaboración en el radiodrama bélico “Those Who Serve”, en 1945.

Después de graduarse de la Whitefish Bay High School, donde fue co-capitán del equipo de fútbol, se alistó en la Marina de Estados Unidos y se sometió a entrenamiento en la Estación Naval de Grandes Lagos, Illinois, entre 1945-1946. Su número de servicio era el 960 39 80, y fue galardonado como marinero de Primera Clase con la Medalla de la Victoria de la II Guerra Mundial. Estuvo a punto de ser enviado a Japón, pero días antes del trasladado se enfermó y le tuvieron que dar un alta médica del servicio.

Entonces, el joven Henry se matriculó en la Universidad de Northwestern en Illinois, donde adquirió mayor experiencia teatral participando en las obras "The Rivals" de Sheridan y "Years Ago" de Ruth Gordon (guionista y actriz, ganadora del Oscar en 1969). En 1948 trabajó en dos programas para la Northwestern Radio Playshop, y llegó a ser presidente de la fraternidad Phi Delta Theta de la Universidad.








Asimismo, no se puede negar el atractivo físico del actor de ojos azules, y si bien ya conquistaba corazones entre sus compañeras de la universidad, también lo hacía trabajando esporádicamente como modelo masculino para varios fotógrafos comerciales de Chicago mientras continuaba sus estudios. Estudió bajo la guía de Alvina Krauss, popular maestra de interpretación que también tuvo bajo su mando a futuras luminarias de Hollywood como Charlton Heston, Tony Randall, Cloris Leachman, Claude Akins, Jerry Orbach, Ann-Margret y Warren Beatty. Muchos años después de graduarse, la Sra. Krauss afirmó que “Hank” McKinnies, como ella le decía, había sido el más talentoso estudiante que tuvo.

De igual manera nuestro homenajeado participó activamente en la sociedad cinematográfica del campus, con David Bradley, actuando posteriormente en su película independiente Julio César (Julius Caesar, 1950). Esta cinta que adapta la obra de Shakespeare, es producida y dirigida por Bradley, y protagonizada por un jovencísimo Charlton Heston como “Marco Antonio” y por Harold Tasker como “Julio César”. El intérprete de Ben-Hur (1959), repetiría personaje en un nuevo remake a color realizado en 1970, dirigido por Stuart Burge y con John Gielgud como "Julio César" y Jason Robards como "Brutus". En la versión de 1950, Henry tenía 24 años, y este era su debut cinematográfico. Aparece en una escena de discusión entre “Brutus” (Bradley) y “Marco Antonio”, como un guapo plebeyo que tiene pocas líneas y algunos primeros planos entre la multitud.










En agosto de 1949, el actor se graduó de la Universidad de Northwestern, con una licenciatura en Discurso y Radio y una especialidad en psicología e inglés. A continuación quiso hacer un postgrado en la Universidad de California (UCLA), estudiando radio y drama. Esa decisión le significaría el golpe de suerte que necesitaba. Pues se hizo con un papel en la obra "All My Sons", de Arthur Miller, y la noche del estreno, en mayo de 1950, unos cazatalentos de la Paramount y 20th Century Fox estaban entre la audiencia y quedaron cautivados por el guapo joven que se presentaba ante ellos.

La Paramount lo fichó primero y le hicieron las respectivas pruebas de talento. Pero su llegada a la industria coincidía con la de otra joven aspirante que también estudiaba en la UCLA. Se trataba de la bella Barbara Rush (nacida en Demver, Colorado, el 4 de enero de 1927), su futura esposa. Pero mientras Barbara era contratada por el Estudio de la icónica montaña, Henry McKinnies era dejado de lado y cedido a la Fox. La productora vio muchas posibilidades en el guapo actor y lo firmó de manera inmediata. Su contrato inició a partir del 1 de Junio de 1950, que eventualmente se extendería hasta 1959. El jefe del estudio, Darryl F. Zanuck, le cambió el nombre por uno más cinematográfico. Desde entonces pasaría a ser conocido como Jeffrey Hunter.









Antes de que terminara el mes, se le envió a una locación de Nueva York para participar en la que sería su primera película de Hollywood, la cinta Catorce Horas (Fourteen Hours, Henry Hathaway, 1951), estelarizada por Paul Douglas, Richard Basehart, Agnes Moorehead, Debra Paget, Barbara Bel Geddes, además de Robert Keith, Howard Da Silva, y Grace Kelly en su debut cinematográfico. Se trata de un melodrama de intriga con momentos de tensión y varios toques de humor, en los que un joven (Basehart, que en realidad tenía 37 años) se dispone a saltar desde la cornisa de un hotel por motivos no del todo aclarados en pantalla (aunque se intuye la verdadera razón a pesar de la censura). La policía, su familia, la gente, su ex novia (Bel Geddes) y los medios de comunicación se temen lo peor durante una espera de catorce horas interminables y llenas de tensión. La ayuda de un agente de tránsito (Douglas) será decisiva como contacto entre el suicida y el resto de los presentes.

Si bien es un guión muy esquemático, inspirado en un hecho real aunque en pantalla se diga lo contrario, la película destaca en su aspecto técnico con un montaje ágil que alterna un estilo semidocumental al principio muy propio de Hathaway, con impresionante fotografía de exteriores, panorámicas, picados y contrapicados de edificios. Jeffrey Hunter y Debra Paget interpretan a dos desconocidos jóvenes espectadores que comparten la espera y la angustia por lo que está pasando y que al final terminan enamorados.









Al concluir el rodaje, Hunter se incorporó rápidamente a otra producción con un papel secundario: el musical en technicolor Call Me Mister (Lloyd Bacon, 1951), protagonizado por Betty Grable, Dan Dailey y Danny Thomas, sobre una compañía militar americana estacionada en Japón, a la que llega un grupo de variedades para entretener a las tropas, y por supuesto, un chica que ocasiona más de un enamoramiento entre los oficiales. Jeffrey Hunter interpreta al soldado apodado “The Kid”.







Call Me Mister se estrenó primero que Catorce Horas, en febrero de 1951, así que cuando llegó a las pantallas la cinta de Hathaway, al público se le hizo conocido el rostro de Jeffrey Hunter y pidió más películas suyas. Ese mismo año de 1951 verían la luz el drama Take Care of My Little Girl (Jean Negulesco), con Jeanne Crain, Dale Robertson, Mitzy Gaynor y Jean Peters; y la cinta de aventuras Luchas Submarinas (The Frogmen, Lloyd Bacon), con Richard Widmark, Dana Andrews, Gary Merryl y Robert Wagner; donde ya demostró con su papel de marinero la excelente forma física que poseía, así que el Estudio nada tonto planeó convertirlo en otro de los chicos beefcake de la década, colocándolo en filmes donde tuviera que quitarse la camisa y demostrar no solamente sus atributos actorales. Esa sería la constante en la mayor parte de su temprana filmografía. Por lo pronto, repetiría papel de marine en la coprodución británica Single-Handed, llamada en Estados Unidos Sailor of the King (Roy Boulting, 1953), en la que, tras mantener una aventura con un oficial de la marina británica (Michael Rennie), una mujer inglesa (Wendy Hiller) se queda embarazada, pero a él no se lo hace saber. 20 años más tarde, el joven, que viajaba en el barco al mando de su padre, es capturado por los alemanes. El encontrará la forma de sabotear los planes de sus enemigos, mientras tanto, el pasado saldrá a la luz y el rescate será emocionante.



















La carrera de Jeffrey Hunter apenas comenzaba, pero el prometedor actor tomó una decisión trascendental en su vida. Había continuado viendo a Barbara Rush, y le ofreció matrimonio. Con la ilusión e inexperiencia de la juventud, las prometedoras estrellas contrajeron nupcias el 1 de diciembre de 1950 (durarían casados cinco años). La decisión no encantó a los respectivos jefes de sus Estudios, pero la aceptaron.








El trabajo siguió, y entre 1952 y 1955 el actor intervendría en 10 producciones. Mientras tanto, la prensa rosa se hacía eco de aquel matrimonio que parecía sacado de un cuento de hadas. Jeffrey y Barbara se convirtieron en una de las parejas jóvenes más bellas y fotogénicas de Hollywood. El mismo año de su debut, Barbara ya había participado en el clásico de ciencia ficción Cuando los Mundos Chocan (When Worlds Collide, Rudolph Maté), en el drama The First Legion (Douglas Sirk) y en los westerns Quebec (George Templeton) y Fleming Feathers (Ray Enright, 1952). Su hijo Christopher, nació en agosto de 1952.











Por su parte, Hunter participó en títulos como: la comedia Dreamboat (Claude Binyon, 1952), con Clifton Webb, Ginger Rogers y Anne Francis; Princesa del Nilo (Princess of the Nile, Harmon Jones, 1954), cinta de aventuras con Debra Paget y Michael Rennie; el western La Ley del Bravo (White Feather, Robert D. Webb, 1955), con Robert Wagner y Debra Paget; y Las Siete Ciudades de Oro (Seven Cities of Gold, Robert D. Webb, 1955), cinta de aventuras históricas filmada en México, con Richard Egan, Anthony Quinn, Michael Rennie, Rita Moreno y Eduardo Noriega. Las dos últimas sirvieron para mostrar la musculatura y bronceado del actor interpretando a dos personajes indígenas a los que su piel morena parecía encasillar.





















Pero no todo fue miel sobre hojuelas en la relación Hunter-Rush, y el 29 de Marzo de 1955 queda oficializado el divorcio de una de las parejas más bellas del Hollywood de los 50’s. Pese a ello, Barbara lo recuerda con mucho cariño y lo considera como el hombre más guapo que conoció. Sin embargo, la soltería no le duraría mucho al actor, ya que dos años después, en 1957, se casó con la modelo Joan "Dusty" Bartlett, con quien vivió por diez años y con la que engendró dos hijos –Todd y Scott-, además de adoptar a Steele, el hijo de un matrimonio previo de Dusty.












Entre 1956 y 1960 Jeffrey Hunter trabajaría en 14 filmes, entre los cuales destacan Un Beso antes de Morir (A Kiss Before Dying, Gerd Oswald, 1956), protagonizada por Robert Wagner, basada en la novela homónima de Ira Levin, y compartiendo créditos con Virginia Leith, Joanne Woodward y Mary Astor; La Verdadera Historia de Jesse James (The True Story of Jesse James, Nicholas Ray, 1957), de nuevo con Robert Wagner como “Jesse” y Huston como su hermano “Frank”; Más Fuerte que la Vida (No Down Payment, Martin Ritt, 1957), melodrama sobre la vida conyugal de cuatro parejas del sur de California, con Joane Woodward, Sheree North , Tony Randall y Patricia Owens; Del Infierno a la Eternidad (Hell to Eternity, Phil Karlson, 1960), interpretando al joven chicano “Guy Gabaldón”, adoptado por padres asiáticos que al tenerse que enlistar en la marina se convirtió en héroe luchando en la batalla de la isla japonesa Saipan, durante la II Guerra Mundial; y el western Una Pistola para un Cobarde (Gun For a Coward, Abner Biberman, 1957), en la que Fred McMurray, Jeffrey Hunter y Dean Stockwell interpretan a un trío de hermanos cuya madre (Josephine Hucthinson) es demasiado sobreprotectora con el hijo de en medio (Hunter), impidiéndole dedicarse a cosas "de hombres" como saber usar las pistolas y meterse en peleas, lo que ocasiona las críticas y cotilleos malintencionados de los amigos, y por si fuera poco, la prometida de su hermano mayor (Janice Rule) está enamorada de él, pero este no se atreve a enfrentarse a su familia. Como vemos, este último filme es otra propuesta velada que oculta las verdaderas intenciones de la trama, que ya se adivinan cuando la madre le dice al hijo que ha estado teniendo bajo sus faldas: "Tienes derecho a no ser igual que los demás"... Hunter y McMurray brindan unas actuaciones muy solventes en este pequeño western de la Universal.


























Y por supuesto, el actor intervino en tres películas bajo la tutela de John Ford: La Búsqueda (The Searchers, 1956), El Último Hurra (The Last Hurrah, 1958), y El Sargento Negro (Sergeant Rutledge, 1960).

La Búsqueda, también conocida como Centauros del Desierto o Más Corazón que Odio, es una película basada en la novela de Alan Le May y, sin ser una película perfecta, se la considera una de las mejores de su director y uno de los grandes westerns de la historia del cine. Fue rodada íntegramente en exteriores naturales de gran belleza como Monument Valley, Utah. Pero la acción tiene lugar en Texas y territorios próximos, a lo largo de 5 años, entre 1868 y 1873. Ethan Edwards (John Wayne) es un personaje atormentado, solitario, obsesivo, terco y racista, que emprende junto con su sobrino adoptivo Martin (Hunter) la búsqueda de su sobrina, la pequeña Debbie (Natalie Wood), que los comanches han secuestrado tras asesinar a sus padres. Esta fue la película que hiso de Jeffrey Hunter una estrella. Muchas de las situaciones más cómicas de la película le suceden a él, pero el atractivo que desprende enamora a cualquiera.
















El Último Hurra se sitúa en una ciudad de Nueva Inglaterra, donde Spencer Tracy da vida a un viejo alcalde irlandés, querido y temido a partes iguales, que se enfrenta al proceso de su reelección. Enfrente tendrá un inepto y joven rival apoyado por los sectores más conservadores e influyentes de la comunidad (entre ellos, nada menos que a Basil Rathbone, Donald Crisp, Frank Alberston, entre otros). Jeffrey Hunter brinda una efectiva interpretación como el sobrino de Tracy, un neófito político casado con Dianne Foster que trabaja para el conservador dueño de un periódico (John Carradine), pero aprende a admirar tanto al hombre como al político que representa su tío. La cinta presenta una comparación entre la antigua política, más familiar, populista y pendiente de las pequeñas cosas del día a día, y la nueva, basada en los poderosos apoyos institucionales y corporativos, así como en los gestos, los medios y la imagen pública.







En El Sargento Negro, un western antirracista que co-protagonizaban Woody Strode y Constance Towers, Hunter interpreta a un abogado militar que defendía a Strode de acusaciones de violación y asesinato. De acuerdo a un usuario de Filmaffinity, la cinta es "un western narrado a base de flashbacks que despliega un duro alegato contra los archiconocidos prejuicios raciales de los colonos yankees hacia la población afroamericana. Todo ello aderezado, obviamente, con dos componentes fordianos omnipresentes e imprescindibles en gran parte de su filmografía: los impresionantes escenarios naturales de Monument Valley y el humor. Un humor administrado con gran eficacia que no solo atenúa el tono dramático o épico de la peli, sino que contribuye -además- a constatar el enorme apego y complicidad que Ford siempre mantuvo con los secundarios que solían explotar ese recurso en la mayoría de sus pelis."












La película de su vida llegó en 1961, cuando Hunter fue elegido en el difícil y desafiante papel de Jesucristo en el filme bíblico Rey de Reyes (King of Kings), dirigida por Nicholas Ray, el director que haría también inmortal a James Dean en Rebelde sin Causa (Rebel Without a Cause, 1955). La película es un remake de la superproducción de igual título que Cecil B. DeMille llevó a la pantalla en 1927, con H.B. Warner en el papel protagónico. Se filmó en España bajo la producción de Samuel Bronston, siguiendo la moda de las películas con temas bíblicos que proliferaron entre los 50’s y 60’s. Según Nicholas Ray, el guión fue aprobado por el Vaticano antes de comenzar la filmación, y nos cuenta algo más sobre el contexto en el que se desarrolla, es decir, la dominación romana y la revolución de Barrabás y sus seguidores, así como el reinado de Herodes.

Sin embargo, y pese a que hay un gran despliegue de recursos, una buena fotografía y música (Miklós Rózsa), la película carece de la fuerza necesaria para estar a la altura de clásicos del género como Quo Vadis (1951), La Túnica Sagrada (1953), Ben-Hur (1959), Barrabás (1961), La Más Grande Historia Jamás Contada (1965). Y como a menudo suele suceder, los villanos presentan más carisma que los personajes bondadosos. Frank Thring interpreta a “Herodes Antipas”, Brigid Bazlen da vida a la pécora “Salomé”, Rita Gam a “Herodías”, Ron Randell a “Lucio”, el centurión convertido que nunca falta en estas películas; Robert Ryan interpreta a “Juan el Bautista”, Hurd Hatfield a “Poncio Pilatos”, Harry Guardino a “Barrabás” y una jovencita Carmen Sevilla apenas y aparece en el rol de “María Magdalena”. Pero ¿alguien se acuerda de los apóstoles? Y es una pena, porque aquí no se les da mucha importancia. Entre las escenas que vale la pena recordar están la visita de Jesús a la celda de Juan el Bautista, o cuando Salomé pide la cabeza del Bautista “en bandeja de plata”, y el célebre sermón de la montaña, que sigue dando dolores de cabeza a los escépticos al tratar de imaginar cómo hacía Jesús para que las miles de personas congregadas le pudieran escuchar con claridad a una distancia considerable. El narrador de turno es nada menos que Orson Welles.
















Según se cuenta en el detrás de cámaras, el papel de “Jesús” fue originalmente ofrecido a Richard Burton, que tenía por aquel entonces 35 años, pero al rechazarlo el papel recayó en Jeffrey Hunter, que también rondaba los 35, pero cuya apariencia era evidentemente juvenil, lo que llevó en una conocida broma a titular a la película como “Yo Fui un Jesucristo Adolescente”, tomando eco de las producciones que por aquel entonces se hacían con el prefijo “adolescente” en su título, como Yo Fui un Hombre-Lobo Adolescente (1957) y Yo Fui un Frankenstein Adolescente (1957). También se dice que la escena de la crucifixión tuvo que volver a rodarse cuando en una función de prueba, la audiencia se mostró ofendida al ver que Jesús tenía el pecho velludo, así que el actor tuvo que ser depilado. Pese a todo, la reverente actuación de Jeffrey Hunter le valió elogios considerables de la crítica, pero la película sigue resultando muy tibia y no cosechó ningún premio de importancia (sólo estuvo nominada a un Globo de Oro la partitura de Miklós Rózsa), sin embargo la internalización del actor se inició con este filme.










¿Qué fue de la vida de Jeffrey Hunter después de su papel más mítico? ¿Qué nuevas películas rodó? Descúbranlo en la siguiente entrada dedicada a este Beautiful Wonder Boy del pasado…








2 comentarios:

  1. los ojos y el rostro de este gran actor harian empalidecer a los actores de hoy verdaderamente es perfecto. no se si les pasa a ustedes pero su mirada tan diafana o trasparente impacta.

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    1. Claro que sí, por algo se le considera el Jesucristo más guapo que ha dado el cine.

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