viernes, 9 de octubre de 2009

Gloriosos 80's... (Parte III)

Mamita Querida (Mommie Dearest, Frank Perry, 1981)

Biopic muy criticado de la vida de Joan Crawford según un libro escrito por la hija adoptiva de la actriz. Crawford fue una de las mayores luminarias de la época de oro de Hollywood, una mujer que de la miseria consiguió elevarse a las cumbres del cine y del gran mundo empresario internacional. Su hija Christina nos muestra la otra cara de la moneda: una Joan Crawford alcohólica, neurótica y obsesionada por una fiebre insaciable de sexo y poder. Ante las cámara y el público, la famosa actriz (Faye Dunaway) es una madre políticamente correcta; pero una vez que arriba su hogar es cuando el demonio con mascarilla facial despierta para arrancar a la pequeña Christina (Mara Hobel) de su octavo sueño y reclamarle el por qué hay ganchos de alambre en su closet. Si algo odia la Sra. Crawford, es que los hermosos vestidos de 300 dólares que compra con tanto esfuerzo sean colgados en horribles perchas baratas. A continuación veremos una de las peores regañizas que se le ha dado a una criatura en la historia. La desquiciada mujer estampa el gancho sobre la pequeña para descargar la furia contenida mientras los espectadores quedamos en shock. Al crecer, el resentimiento y el maltrato psicológico de los que ha sido víctima, llevarán a Christina (Diana Scarwid) a enfrentarse cara a cara con su “mamita querida”, para confesarle nunca haber sido una de sus fans. El resultado es también desastrozo.











Querelle (Rainer Werner Fassbinder, 1982)

Basada en el relato de Jean Genet, esta controvertida película póstuma de Fassbinder convirtió al desaparecido Brad Davis en símbolo sexual gay de los 80’s. Querelle, un sexi marinero que ejerce un irresistible poder de fascinación y seducción sobre las personas con las que se cruza brindándoles una gran intensidad vital pero también la muerte, llega a la ciudad de Brest a bordo del navío El Vengador, cuyo capitán, el teniente Seblon (Franco Nero), lo ama en secreto. Al desembarcar, Querelle se dirige al famoso burdel La Feria, donde se encuentra con su hermano Robert (Hanno Pöschl), al que le une una relación de amor-odio. Robert es amante de Lysianne (Jeanne Moreau), la dueña del local (y posterior amante también de Querelle) casada con Nono (Günther Kaufmann), un corpulento hombre de color que -además de encargarse de servir copas- es famoso por las apuestas con los dados que mantiene con los clientes: si éstos ganan, pueden elegir a una puta y acostarse con ella, pero si pierden tendrán que dejarse follar por él. En ese burdel también se encuentra el corrupto comisario de policía Mario (Burkhard Driest), garantía de seguridad con respecto a los turbios negocios que allí se dan cita. Después de degollar al marinero Vic, su compañero de contrabando, Querelle se deja perder a los dados ("sentencia de muerte", dice) y Nono le sodomiza, lo que provoca en el marinero el despertar de nuevos deseos homosexuales.

Íntegramente rodada en los estudios CCC de Berlin, en Scope y en inglés, el director dio lugar a una fantasía de estilo altamente expresionista sostenida por la teatralidad de las actuaciones de los actores; por un erotismo ante todo conceptual y nada explícito, con una fotografía casi pictórica de tonos ocres, anaranjados, pardos, que baña con su sensación crepuscular a todo el film; con unos decorados de Rolf Zehetbauer que, caracterizados por una exagerada artificialidad, reproducen el encanto pecaminoso de un imaginario e irreal puerto de Brest flanqueado por torres y faros en forma de falos, y una estupenda melodía cantada por Jeanne Moreau sobre una frase de Oscar Wilde: “Each Man Kills the Thing he Loves”. Cuando fue estrenada en la Bienal de Venecia, fallecido ya su director, provocó un enorme escándalo ante la dureza que desprendía la trama, y solo fue defendida por el director francés Marcel Carné, quien afirmó que algún día sería considerada y respetada como la auténtica obra de arte que es.



















Fanny y Alexander (Fanny och Alexander, Ingmar Bergman, 1982)

En la Suecia de principios del siglo XX, Fanny (Pernilla Allwin) y Alexander (Bertil Guve) son dos hermanos de 8 y 10 años respectivamente que pertenecen a una familia dedicada al teatro. Cuando muere su padre, la madre vuelve a casarse con un pastor protestante que viene a compartir su vida con ellos. El ambiente cálido y familiar del que disfrutaban hasta entonces cambia radicalmente, ya que el pastor tiene un carácter severo y cruel. El único refugio que tienen los niños es ir a casa de Isak, un comerciante judío amante de su abuela. Una de las Obras Maestras capitales del Séptimo Arte de la mano de uno de los mejores directores que mejor ha sabido representar el concepto del arte cinematográfico. Se sumerge en un reflexivo vínculo de lo poético, espiritual y la búsqueda eterna del yo interior en un drama desgarrador y surrealista.













Tron (Steven Lisberger, 1982)

Ignorada pero profética cinta de la Disney que adentró literalmente su trama al mundo de lo que comenzaba a llamarse: el ciberespacio. Jeff Bridges es un programador que debe ser dividido en moléculas y transportado a las entrañas de un ordenador en el que un malvado programa controla los comportamientos a su antojo. Motocicletas luminosas que corren a velocidades de vértigo, trajes de neón, guerreros de alta tecnología que combaten en videojuegos cuya única salida es la muerte... una estética que pronto estrenará remake.













Negocios Riesgosos (Risky Business, Paul Brickman, 1983)

Joel Goodsen (Tom Cruise), de 17 años, está considerado como un hijo responsable y ejemplar, aspirante a universitario. Sus padres lo adoran y confían en que llegue a convertirse en un importante ejecutivo de Chicago. Pero Joel está cansado de ser "casi perfecto" y decide dar rienda suelta a su personalidad oculta. Aprovechando un fin de semana que se toman sus padres para vacacionar, y teniendo la casa para él solo, decide lanzarse a la aventura y cambiar su vida. Animado por sus amigos, contrata los servicios de una inteligente prostituta de altos vuelos que al no recibir el sueldo esperado, decide cobrarse con el adorno favorito de la madre de su cliente. Cuando trate de recuperar el objeto, Joel deberá enfrentarse con Guido (Joe Pantoliano), el proxeneta de “Lana” que es un verdadero criminal y con el que ella está disgustada. El fin de semana se convierte en una insólita pesadilla.

Negocios Riesgosos fue el primer film donde Tom Cruise tuvo un papel protagónico. La llegada de la joven y seductora “Lana” a la casa de “Goodsen” es comparable con la llegada de Terminator desde el futuro, por la presentación de la escena. Y se produce el gran encuentro, en una secuencia que está más que bien lograda, con alto contenido erótico (véanla sin cortes, no las versiones adaptadas para televisión) y una convicción altísima. Histórica es la escena de Tom bailando en calzoncillos en el living de su casa al ritmo de "Old Time Rock and Roll" de Bob Seger, y la escena de sexo en el metro con la música de Phil Collins de fondo, "In the Air Tonight". Ah, y también se hizo histórica una frase: "Sometimes you just have to say... What the fuck".


















Christine (John Carpenter, 1983)

Arnie Cunningham es un chico no demasiado popular. Usa unas horribles gafas negras, está lleno de complejos y las chicas no le prestan demasiada atención. Al volver un día a casa junto a su amigo Dennos, Arnie se enamora de un coche destartalado que se encuentra en venta: “Christine”, un Plymouth Fury modelo ‘58, rojo y blanco. Pese a las advertencias de su amigo, Arnie paga por el coche 250 dólares con el propósito de repararlo. A partir de ese momento Arnie se obsesiona por “Christine”. Pasa la mayor parte del tiempo arreglándolo, aislándose de sus amigos y su familia. Una vez que el coche está a punto, Arnie se convierte en una persona arrogante y egoísta. Manipulado por “Christine”, hará todo lo posible para evitar que nadie se entrometa entre los dos, ya su vez, el auto comprende un deseo de venganza insaciable, que hiela la sangre a cualquiera y destruye todo aquello que encuentra en su camino. En pocas palabras, un automóvil celoso y protector con su dueño. Basada en la novela homónima de Stephen King, este clásico de la época es protagonizado por Keith Gordon, John Stockwell, Alexandra Paul y Harry Dean Stanton.













Erase una vez en América (Once Upon a Time in America, Sergio Leone, 1983)

El film retrata con mucho realismo la vida de cuatro chicos que crecieron en el mundo del hampa. Han pasado 35 años y “Noodles” (Robert De Niro) vuelve al lugar en el que sus amigos murieron en una emboscada de la policía durante la ‘prohibición’. Rememora como desde niño tuvo que abrirse paso en el mundo violento de los gánsters y un tiempo que creía olvidado le golpea de súbito otra vez. El maestro italiano nos regaló con su última película una verdadera joya del cine negro, una indiscutible obra maestra que, sin embargo en el momento de su estreno, debido a su larga duración le alteraron el montaje haciendo que perdiera el sentido y no registraron la música. En consecuencia recibió malas críticas en USA, pero el tiempo la puso en su lugar y los mismos que la criticaron tuvieron que rendirse ante la obra cumbre de Leone. La melodía compuesta por el gran Ennio Morricone es una delicia, una de las mejores partituras (suyas y de la historia). Hermosa y nostálgica.












El Regreso del Jedi (Return of the Jedi, Richard Marquand, 1983)

Ultimo título de la saga de George Lucas, donde se cierran las historias que iniciaron con la precuela de la trilogía original en 1999, pero que en 1983, dejaba más dudas y especulaciones sobre ese épico relato sucedido en una galaxia muy, muy lejana. En esta tercera parte (a priori Episodio VI), Luke Skywalker y la Princesa Leia deben viajar a Tatooine para liberar a Han Solo. Para conseguirlo, deben infiltrarse en la peligrosa guarida de Jabba el Hutt, el gángster más temido de la galaxia. Pero Luke ignora que el Imperio ha comenzado en secreto la construcción de una nueva estación espacial armada, más poderosa que la temida Estrella de la Muerte. Una vez reunidos, el equipo recluta a tribus de Ewoks para combatir a las fuerzas imperiales en los bosques de la luna de Endor. Mientras tanto, el emperador y Darth Vader conspiran para convertir a Luke al lado oscuro, pero el joven Skywalker está decidido a reavivar el espíritu del Jedi en su padre. Hacia el final del metraje, conoceríamos el rostro detrás de la máscara de Vader, y nos enteraríamos de la unión fraternal entre Luke y Leia.














Electrodanza (Flashdance, Adrian Lyne, 1983)

“Alex Owens” (Jennifer Beals) es una joven huérfana que sueña con llegar a ser bailarina. Para poder vivir trabaja en una fábrica de día como soldadora y de noche en un club nocturno bailando. Su sueño es convertirse en una verdadera bailarina de estilo clásico a tiempo completo y poder trabajar en una autentica compañía de baile. Una taquillera cinta de los años 80 con popular banda sonora, cuya melodía “What’s a Feeling”, de Irene Cara, fue un clásico discotequero de aquellos años.







Pasaje a la India / Un Viaje a la India (A Passage to India, David Lean, 1984)

Último ejemplo de cine épico que nos legó David Lean, esta vez retrata las complejas relaciones entre ingleses e hindús en la India colonial. La veterana Peggy Ashcroft ganó el Oscar como Actriz Secundaria al interpretar a la gentil suegra de la esposa de un ministro británico (James Fox). La esposa (Judy Davis), por trastornos climáticos y emocionales, acusará a un guía hindú (Victor Banerjee) de intento de violación, mismo que será llevado a los tribunales, elevando aún más los conflictos de raza. Lean vuelve a usar mano de su actor fetiche, el irreconocible Alec Guinness, que esta vez interpreta a un sabio maestro hindú.













Continuará...

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